Artigas es el pueblo contra la oligarquía. Llamo oligarcas a quienes se consideran y obran como clase privilegiada. No solamente a los privilegiados económicamente, sino también a los falsos intelectuales -los inteligentuales que dijo alguno- que comprenden las cosas de todos los países menos del suyo, que viven de espaldas a la realidad, sordos y ciegos a su medio. Esos "inteligentuales", aunque lo renieguen, son siempre aliados de los oligarcas: siempre son instrumentos de los imperialismos ajenos. Contra ellos está el pueblo, que es la reserva de la nacionalidad en todas partes; sobre todo en los Países coloniales o semicoloniales donde la oligarquía obra como beneficiaria, gerente o propagandista de los imperialismos. (Uso la palabra "imperialismo" por comodidad. Entiendo el "imperialismo" al dominio comercial que Inglaterra y en menor grado Francia, querían tener de todo el mundo apenas la revolución industrial las convirtieran en emporios productores de materias manufacturadas).
Esto lo digo para entenderme con quienes llaman solamente "imperialismo" al financiero de fines del siglo pasado. Antes del imperialismo financiero hubo un imperialismo comercial con características de dominio bien evidentes. Ahí tenemos las invasiones inglesas de 1806 y 1807 ahí tenemos la apertura del puerto de Buenos Aires al libre comercio en 1809, ahí tenemos la ayuda de lord Strangford a los directorios y triunviratos porteños, y ahí tendremos luego la intervención francesa de 1838-40 y la posterior anglo francesa de 1845-50
He dicho que Artigas significa la revolución echa pueblo, la independencia; y además un sentido heroico de la vida, la idea del federalismo, y el concepto de la unidad americana, de la "unidad hispanoamericana".
INDEPENDENCIA
Me es muy fácil demostrar estas proposiciones. La idea de independencia latente en el grito de Asencio encuentra su exteriorización escrita el 13 de abril de 1813 en la primera de las famosas instrucciones del Año XIII. Allí habla Artigas (el primero, Juntamente con otro americano llegado hace poco de España, José de San Martín) de independencia absoluta. Cuando los triunviratos, directorios y asambleas de Buenos Aires hablaban de incorporación lisa y llana a Inglaterra (como Alvear en 1815 con la misión de Manuel José García ante lord Strangford o a Juan VI de Portugal (como el congreso de Tucumán) o más tarde del protectorado francés con la coronación del príncipe de Luca protegido (contra Artigas precisamente) por un fuerte ejército francés.
Quiero leer con vosotros unos párrafos de la Oración de abril remitida el 5 de abril de 1813 por Artigas al congreso de la Provincia Oriental. Es el reconocimiento de la supremacía del pueblo. Artigas es el Jefe de los Orientales por reconocimiento implícito de los suyos, y confirmado en 1811 al iniciarse el Éxodo en octubre de 1811. Pero devuelve esa autoridad en abril de 1813, al Congreso porque "los pueblos deben ser libres": porque él se inclina ante el "voto sagrado de la voluntad general". Solamente un Caudillo puede hablar así; un caudillo que sabe al pueblo por encima suyo.
EL SUFRAGIO UNIVERSAL Y LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS PLATENSES
Podrán algunos profesores de historia constitucional comparada criticar la suma de poderes que tuvo Artigas como "gobernador militar" de su provincia, primero, y como Protector de los Pueblos Libres después, no era la suya la concepción tripartita de los poderes de Montesquieu. Y no lo era, porque Artigas no traía nada de afuera, no era un "inteligentual". Algunos han encontrado libros leídos por el Protector, escritos por Payne y traducidos por García de Sena y se entusiasman porque creen haber rastreado el origen de sus ideas populares y federales. Que un hombre lea un libro no significa que ese libro sea su guía. Artigas habrá leído a Payne y muchos más, pero su concepción política es totalmente criolla. No tomaba el federalismo norteamericano sino los municipios indianos como modelo. Mejor dicho, tomaba la misma realidad plasmándola de acuerdo a las circunstancias, como debe hacerlo, un auténtico político.
Yo encuentro que la esencia política del artiguismo es el "sufragio universal". Como quiso establecerlo por el Reglamento de 1815, como lo establecieron en sus constituciones o estatutos de los Pueblos Libres creados por él de Santa Fe y de Entre Ríos. Y eso no lo tomó de Payne ni de ninguna parte: porque en tiempos de Artigas no había sufragio universal en Estados Unidos, ni en Francia, ni en Inglaterra, Lo había sí en la provincia Oriental, en Entre Ríos, Santa Fe y en Corrientes.
¿De dónde sale el "sufragio universal', que podemos llamar la institución básica política del Plata? Sale de la milicia; es decir de la formación de todos los hombres en edad de llevar armas con la obligación de defender su municipio. Cuando el pueblo irrumpe en la historia del Plata lo hace formando en milicias comandado por su Jefe o caudillo (así se llame al jefe de las milicias en las antiguas leyes españolas). Elige en la plaza a este caudillo y le da los poderes suficientes para defender a la comunidad. "El primer derecho y deber del pueblo es elegir un Caudillo" dice el Estatuto de Santa Fe de 1819 dado por Estanislao López, cuando Santa Fe era un "Pueblo Libre" federado a la Liga de la Purificación. Que el caudillo tuviera todos los poderes, que mandara el ejercito, dictara las leyes por su cuenta, y conciencia, o hiciere justicia en definitiva apelación les puede horrorizar a muchos; pero a mí me gusta que el caudillo fuese emanación del pueblo y pudiera hacer todo eso mientras interpretara al pueblo; es decir que fuera el mismo pueblo gobernando. Después de 1819 la provincia de Santa Fe habrá tenido muchas constituciones muy perfectas, con sus poderes divididos y reglamentados. Pero me temo que nunca estuvo el pueblo tan presente como en 1819.
ARTIGAS Y EL FEDERALISMO
Artigas es el creador del federalismo argentino. Al decir "creador" no quiero decir que lo inventara él. Pero tuvo el acierto de encontrarlo en el fondo de los viejos cabildos indianos; y lo hizo realidad de la conducción política de la Revolución.
Nuestro federalismo es municipal esencialmente. Comunas que se consideran iguales en derechos y resisten la imposición de aquella gran comuna sin sentido nacional que es Buenos Aires. No lo resisten por desamor a Buenos Aires, sino porque Buenos Aires (o mejor dicho los hombres que gobernaban a Buenas Aires pertenecientes a la oligarquía) no tenían sentido nacional. En cambio las comunas de los Pueblos Libres, cuyos gobernantes surgían del pueblo sí lo tenían.
De allí que la voz de Artigas hablando de independencia absoluta gobiernos populares y federalismo, se extendiera más allá del Uruguay. En Buenos Aires se decían que la prepotencia o ambición de Artigas lo hacia extender su dominio. No lo podían comprender Era la suya la verdadera patria aflorando en el litoral: en los "Pueblos Libres" estaba en germen la Confederación Argentina de 1831. Artigas hacía la unión por simple ejemplo, sin inmiscuirse en las cosas internas de las otras provincias, sin prepotencias inútiles e inconducentes. "Yo, adorador eterno de la soberanía de los pueblos -dice al cabildo de Corrientes que le reclama su protección en 1814- solo me he valido de la obediencia con que me han nombrado para ordenarles que sean Libres." ¡Ordenarles que sean Libres! Ese es el lenguaje de los grandes. "Ellos sólo tienen el derecho de darse la forma que gusten" -agrega- Formalizarán su Liga preciosa entre sí mismos y con nosotros, declarándome yo su Protector."
EL SENTIDO HISPANOAMERICANO EN ARTIGAS
¿Cuál era la Patria de Artigas? ¿Era solamente su amada, provincia, su "patria chica" por la que tanto luchó? ¿Era la Liga de los Pueblos Libres? ¿Eran las provincias Unidas del Plata?
Sí. Todo eso, y algo más también. Artigas era oriental y por ser muy oriental era muy argentino. (No hablo de "argentino" como sinónimo de porteño, y pido que se me entienda; argento es el habitante de las provincias del Plata como lo dice la etimología). Pero no se detenía allí su idea de patria: por ser muy argentino era muy americano, muy hispanoamericano.
Para él su patria era la unión de todas las porciones de América Española. Unirán en un mismo Estado o Confederación de Estados, o una misma fraternidad, que para el caso es lo mismo. Lo importante no es lo formal, sino lo esencial: que haya conciencia de unidad de origen y unidad de destino.
Eso era el pensamiento de los hombres de la primera década revolucionaria. La artiguista provincia do Santa Fe en su mencionado Estatuto considera "ciudadano de Santa Fe" a todos los nacidos en América, española.
Pero luego vinieron otras cosas. Nos perdieron entre constituciones y recelos: fraccionaron en veinte partes insondables la fraternidad hispanoamericana ¿Lo hicimos nosotros? Si... los gobiernos oligarcas eran tesoneramente separatistas: en Buenos Aires había un Rivadavia que nada quería saber con Bolívar, Fueron los gobiernos de la oligarquía orientados y dirigidos desde afuera. Es el "dividir para reinar" clásico, de los hábiles.
Cuando ocurre eso, Artigas ya no existe políticamente. Yo veo en su retiro de Curuguaty, en su muerte política voluntariamente impuesta, en su soledad y abandono, una protesta por la pérdida de la Patria Grande, porque América no tomaba el rumbo que él señalara.
Aquí tengo un documento de Artigas. Es el oficio que manda el 7 de diciembre de 1811 desde orillas del Dayman al cabildo de Paraguay, Pongámonos en el momento. Artigas encabeza el Éxodo: se dirige al Ayuí con todo su pueblo, en protesta del armisticio con Elío y para sustraer a los orientales del dominio español. En el Ayuí va a prepararse para recuperar la Banda Oriental. Y pide ayuda a Paraguay, entre otros.
Habla de su éxodo. Es una hazaña gigante: "yo llegaré muy en breve a mi destino con este pueblo de héroes" dice. Pero no la considera patrimonio oriental solamente; no ha hecho sino repetir el éxodo de La Paz en 1809. Primer manifestación de solidaridad americana.
Hay más. Pide la ayuda paraguaya porque Asunción se defiende a sí misma defendiendo a los orientales. "Fuera cual fuere la suerte de la Banda Oriental, deberá trasmitirse hasta esa parte del norte de nuestra América". La guerra de la independencia era una sola.
Yo les llamo la atención sobre la fecha de este documento: 7 de diciembre de 1811. Ocurre un año antes que Bolívar hiciera su conocido manifiesto de Cartagena -como lo recalcara el profesor oriental Petit Muñoz- solicitando la ayuda de Nueva Granada para a recuperar Caracas. Porque la defensa de Nueva Granada estaba más allá de sus límites formales. La América española era una sola, pese a sus límites administrativos.
EL FRACASO DE ARTIGAS
Artigas no triunfó. Tuvo poderosos enemigos que acabaron por arrojarlo fuera de su Banda Oriental, vencido. No son esos enemigos ni Francisco Ramírez, ni Otorgués, ni los directoriales de Buenos Aires que engañaron a Ramírez con el inicuo tratado del Pilar. Artigas no triunfó porque no había llegado su hora: porque se había adelantado a su Hora. Porque la unidad de América hispana con gobiernos populares (sola manera de lograr esa unidad) no se podía hacer ante un enemigo tan poderoso como era Inglaterra entonces. Y con una oligarquía fuerte y sin desmantelar adentro.
Después de Cepeda, el 1º de febrero de 1820, Artigas debió entrar en Buenos Aires y extender los Pueblos Libres por todo el territorio occidental; Con los recursos de Buenos Aires, arrojar de la Banda Oriental a los portugueses; y erigirse él desde Buenos Aires (al fin y al cabo centro geográfico del Plata) en Jefe o Protector de la agrandada federación. Ayudar a San Martín y tenderle la mano a Bolívar, Otra seria la historia americana entonces.
Pero no fué así. Ocurrió (culpa de los de afuera más que de José Miguel Carrera, o de la logia porteña, o de las ambiciones de Ramirez) la baja traición del Pilar y se eliminó a Artigas y a la Provincia Oriental de la argentinidad. Es decir se le eliminó la posibilidad de integrar la unión Hispanoamericana.
Artigas se fue y no volvió más. Pero dejó su espíritu en ambas márgenes del Plata. Los 33 tomaron el sentido heroico del artiguismo para defender la "patria chica", y Juan Manuel de Rosas tomó el espíritu de Artigas para reconstruir la Confederación.
ARTIGAS Y ROSAS
Acerco las figuras de Artigas y Rosas, que para algunos parecerá herejía, Artigas tiene estatua y Rosas aún no. Pero Rosas, para mi, fue el continuador de Artigas.
Aunque no se diera cuenta, aunque no valorara a Artigas en su justa medida (que no es el caso). Rosas es el triunfo de la idea de los "Pueblos Libres" en la margen occidental del Plata. La Confederación se forma en 1831) y su Pacto del 4 de enero es un eco de las instrucciones del XIII. Esa liga de gobiernos populares, confederados, con un Encargado de Negocios Extranjeros: esa formación sólida, de granito que es el Pacto Federal que Rosas hace aprobar a todas las provincias argentinas y de donde nace la Confederación Argentina, es la vieja idea de Artigas.
El Restaurador ha tomado la bandera del Protector. Hasta su color punzó luce en su divisa.
Y no es solamente en los gobiernos populares y confederados como Rosas se asemeja Artigas. Así como éste lucha contra los portugueses, Rosas lo hace contra los ingleses y los franceses: la defensa de la soberanía es común a ambos.
Y finalmente el "americanismo".
El "sistema americano" de Rosas ha sido mal comprendido por muchos.
Han creído en una prepotencia de Buenos Aires sobre el Plata. No fue así. Rosas quería la unidad del Plata, y algo más que la unidad del Plata: la unidad hispanoamericana. Pero la quería como Artigas a base de una propia decisión de los pueblos, sin prepotencias inconducentes por una política de mutuo respeto y común defensa. Esa unidad tal vez no llegaría a asumir la forma de una Confederación o de un Estado Federal, sino de una "fraternidad". Eso bastaba, la fraternidad sellada con sangre entre argentinos y orientales cuando las intervenciones extranjeras de 1838 a 1850 mostraba con elocuencia el común destino de ambos.
Para muchos, la palabra "Rosas" es mala palabra. Es que Rosas -como Artigas- han sido muy calumniados.
La calumnia que encuentra eco en la gente de mentalidad colonial. O en los interesados en mantener el orden colonial bajo un manto de sonoras palabras.
Pero yo quiero recordar a vosotros, aquí y sean estas mis últimas palabras, dos títulos de gratitud de la Banda Oriental hacia Rosas. No hablo de las intervenciones, ni del sitio, ni de la invasión brasileña de 1851 y los inicuos tratados de octubre de ese año donde siempre se encuentra a Rosas junto a los orientales. Hablo de otras cosas, generalmente ignoradas.
La primera es la intervención de Rosas en la expedición de los Treinta y Tres Orientales. La preparó visitando la Banda Oriental con el pretexto de la compra de unos campos, como era un estanciero que no intervenía aparentemente en política, los portugueses lo dejaron recorrer la tierra. Hablo, con los jefes artiguistas y les anunció el arribo a la playa de la Agraciada. Y después él, junto con otros, financió la expedición de Lavalleja y Oribe.
La segunda es la actitud de Rosas ante el tratado proyectado por Brasil el 24 de marzo de 1843. Brasil le entrega allí prácticamente el dominio de la Banda Oriental a condición de la ayuda de Rosas para concluir con la revolución independiente de Río Grande.
Aquellos que creen que Rosas tenía "ambiciones territoriales argentinas" no pueden comprender porqué Rosas rechazó ese tratado. Que lo venía a salvar de la intervención anglo-francesa (que no se haría si Brasil y la Confederación presentaban un bloque unido), y le daría a la Banda Oriental.
Es que Rosas era mucho más ambicioso que eso. No quería dominarla con prepotencias, quería por propia y decidida voluntad de todos llegar a una unidad definitiva. Haría la unidad americana como hizo la unidad Argentina: sin dominio de Buenos Aires sobre el interior, en perfecta igualdad las provincias, hasta quitando privilegios de Buenos Aires (como el librecambio que obstaban al desarrollo de la economía del interior).
Porque Rosas, estanciero porteño, no gobernó para los estancieros ni para Buenos Aires; sino para una América libre de dominios foráneos y unida por gobiernos populares.
Como Artigas, nacido en Montevideo y militar de profesión, no gobernó para su ciudad natal ni para su clase militar.
No triunfó, como no triunfó Rosas, pero nos dejaron la lección que hemos de recoger en este siglo. Siglo de nacionalidades, donde se baten en retirada los imperialismos y sus servidores conscientes e inconscientes, con su fárrago de palabras huecas y de esquemas falsos.
JOSE MARÍA ROSA, Artigas.La revolución de Mayo y la unidad nacional.
Buenos Aires, Fundación Scalabrini Ortiz, 1960.